SONETOS CON COLA


Juegos nocturnos


Que me estrujes quisiera con la boca
y me revientes bien el pozo amargo
metiéndome con furia el palo largo
que enciende con su fuego lo que toca.

Yo te daré ese beso que provoca
esa enajenación total y hasta el embargo.
Que me folles de nuevo yo te encargo
hasta hacer que mi polla sea una roca.

Yo te daré después lo que me dieres
haciendo en tus espaldas lo que hicieres.
Mete tu palo ahora, estoy desnudo

o en tu culo primero yo me anudo.
No importa quién lo haga así primero
pero corre, lo quiero todo entero.




Dar y tomar


Me muevo en desazón, querido mío,
por ver tu culo henchido de placeres.
Mejor mi espada sí, pues las mujeres
no tienen larga quilla en su navío.

No enciendas aún la luz, pues me extravío
y aún haz de mí lo mucho que quisieres.
Mi efluvio es para ti. Si tú vertieres
después todo tu afán. Tu beso es mío.

Dame al fin esa espada victoriosa
que mana leche y miel en la alborada.
Yo te entraré de nuevo y una rosa

de nieve dejaré y en tu almohada
te haré verter saliva. Venga, presto,
que tú tendrás que hacerme todo el resto.




Dorsal


Acércamelo al culo, vida mía,
y frota bien así, hasta que aflore
la punta ya mojada que desflore
el pozo seco aún de Alejandría.

Luego, envaina tu pene. ¡Qué alegría
dejar que en mi trasero se atesore
la nieve! Frota más, hasta que dore
el pan de tu deseo mi almadía.

Tener tu polla ahí. Entra de nuevo
y sal y empuja y entra, hasta sangrarme.
Poder batir así tomate y huevo.

Dejar tu leche en mí hasta mojarme.
Así, así, despacio, no eyacules
que quiero que de nuevo tú me encules.
.
.
.
Desiderato Bertolami
Nápoles (1863-1912)
.
Traducción de Amelio López